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Acción Exterior
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Burkina Faso es un país pobre y sin litoral, que depende de las lluvias adecuadas. El suelo pobre, la falta de comunicaciones y otras infraestructuras contribuyen a la vulnerabilidad de la economía. El 80% de la población se dedica a la agricultura de subsistencia y el algodón es el principal cultivo comercial. El país tiene pocos recursos naturales y una base industrial débil. Desde 1994, Burkina Faso ha isfrutado de un crecimiento medio del 5%. A pesar de la crisis humanitaria y de seguridad, el marco macroeconómico se mantuvo estable en 2019. Aunque el crecimiento del PIB cayó, se mantuvo en el 6% en 2019. La actividad económica fue liderada principalmente por el sector servicios, cuyo crecimiento compensó la disminución de la actividad en los sectores agrícola, minero y de la construcción. Las actividades agrícolas están dominadas por la agricultura de subsistencia en las pequeñas granjas familiares. El algodón y el oro son las exportaciones clave de Burkina Faso. En 2016, el gobierno adoptó una nueva estrategia de desarrollo, establecida en el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social (PNDES) 2016-2020, que tiene por objeto reducir la pobreza, construir capital humano y satisfacer las necesidades básicas.
El final de la crisis política ha permitido que la economía de Burkina Faso continúe en un crecimiento positivo, sin embargo, la frágil situación de seguridad y la situación sanitaria, económica y social que genera la covid19 podrían poner en riesgo las ganancias. La inseguridad política en Mali, los suministros de energía poco confiables y los enlaces de transporte deficientes plantean desafíos a largo plazo. En cuanto a la pobreza monetaria, en 2014, el 40,1% de la población vivía por debajo del umbral de la pobreza y el 11,1% se encuentra en pobreza extrema, con importantes diferencias entre el medio urbano y el medio rural (2,8% y 13,5% de pobreza extrema, respectivamente).
Desde 2018, el país sufre la inestabilidad que aqueja el Sahel. En 2019, la situación humanitaria en Burkina Faso fue una de las crisis de más rápido crecimiento. La seguridad continúa deteriorándose y llega a nuevas zonas geográficas. Se han registrado ataques de grupos armados no estatales contra la población, en escuelas, contra las fuerzas de seguridad e instituciones del estado en el Centro-Norte, Centro-Sur, Regiones Este y Sahel, lo que ha obligado a desplazarse a medio millón de personas. Esto favorece que más de 100.000 niños que viven en zonas de difícil acceso debido a inseguridad aún no accedan a la educación formal. En septiembre 2020, 2.206 escuelas seguían cerradas debido a la inseguridad, después del cierre general del 16 de marzo debido a la COVID-19. 91 de los 1.064 centros de salud (8,6%) en cinco regiones afectadas por emergencias estaban cerrados y 232 (21,8%) ofrecían servicios reducidos. Se estima que 964,235 personas tienen acceso limitado o nulo a la nutrición y servicios de salud.
Con el liderazgo del Ministerio de Salud, el Gobierno de Burkina Faso ha creado una Comisión para la gestión de la pandemia, en la que están presentes distintos ministerios y organizaciones que trabajan en el país, entre ellas, UNICEF, que participa en 5 subcomisiones establecidas para diseñar, implementar, monitorear y coordinar la respuesta a la COVID-19.
Las Comunas de Bilanga y Piela pertenecen a la provincia de Gnagna , en la Región Este de Burkina Faso. Dicha provincia tiene 307.000 habitantes, según el censo de 2019, y las comunas de la intervención: Bilanga 133.660 y Piela 76.655 habitantes. De ellos, el 50% tienen menos de 18 años.
La tasa de escolarización en la provincia de Gnagna, en la Región Este de Burkina Faso es del 56%, frente al 96% a nivel nacional. En esta provincia, 1 de cada 4 niñas todavía no se matricula en la escuela. La tasa de finalización es muy preocupante; en la Región Este del país sólo 4 de cada 10 niños culminan la etapa de primaria (38% frente al 62% a nivel nacional).
El acceso y disponibilidad limitados a fuentes de agua y saneamiento en las escuelas son algunas de las razones que favorecen el absentismo y la deserción académica, especialmente en las niñas durante el período menstrual. De las 1.109 escuelas públicas de la Región Este, más de 1 de cada 3 carece de acceso a agua potable y el 29,5% de las escuelas de educación primaria no cuenta con letrinas funcionales. El 73% de las instalaciones de saneamiento son unisex por lo que resultan inapropiadas para niñas, especialmente durante los días de menstruación. Además, la mayoría de las letrinas aquejan un mantenimiento muy pobre.
Esta propuesta contribuirá mejorar el ejercicio del derecho a la educación de 2.796 niños y niñas entre 6 y 16 años, mejorando la dimensión de disponibilidad en este derecho. Para ello, se dotará a 12 escuelas rurales de las Comunas de Bilanga y Piela, en la provincia de Ggagna (Región Este), de infraestructuras de agua, saneamiento e higiene y se promoverán buenas prácticas higiénico-sanitarias. Se trabajará en dos pilares:
La propuesta será liderada por Dirección Regional de Agua y Saneamiento de la Región del Este (DREA Este), junto con UNICEF Burkina Faso, y en colaboración con el Ministerio de Educación (a través de la Dirección Regional de Educación Preescolar, Primaria y No Formal), así como con las autoridades comunales y escolares de Bilanga y Piela.
2.796 niños/as (1.320 niñas y 1.476 niños)
Cooperación económica no reembolsable
Educación
28 de octubre de 2021
01/01/2021 – 31/12/2021
Este
UNICEF Comité Español
Dirección Regional de Agua y Saneamiento de la Región Este de Burkina Faso
333.350 €
187.200 €